En él, habíamos llegado, finalmente, como país, a un momento de total confianza en las instuciones. Había llegado al fin la suficiente madurez para reconocer una derrota.
En ese sueño, había este país entrado a una era realmente democrática, alejado de las influencias fascistas que tanto daño han hecho a las naciones en donde se ha implantado.
Era un país con medios de comunicación objetivos, sin tendencias de lame suelas del poder en turno, era, en fin, un país como tantos hay en Europa, en la parte civilizada del mundo.
Mas, al despertar a este país de pesadilla, me doy cuenta cabal que mucho de esto que hoy vivimos no es sólo la instauración de una nueva forma de Dictadura Fascista, sino el secuestro del libre albedrío en los ciudadanos (al menos de aquellos que todavía tenemos el lujo de poder pensar, analizar y criticar objetivamente el desempeño de quienes nos gobiernan). Veo, con terrible tristeza que a México no sólo lo gobiernan los Fascistas, sino los medios electrónicos de comunicación.
Y, contrario a lo que se dice, este país está lleno aún de estultos que no pueden tomar una decisión fundada en una mirada objetiva del manejo que se ha hecho del país. Por lo visto, a mucha gente le sienta bien que los poderosos los sigan explotando, que sigan ampliando la brecha entre los que mucho tienen y los que nada tienen. Se podría hacer una interminable lista de todo aquello que tanto se sabe sobre este tipo de gobiernos, tarea que resulta inútil, dado que de ahora en adelante, estaremos entrando en una era de Oscurantismo, la del silenciamiento de los críticos, la de la imposición de una religión arcaica y que es, desgraciadamente, el enorme peso que aún nos impide transitar hacia una nueva era. En pleno siglo XXI, viviremos como si estuviéramos en la Edad Media.
En ese sueño, había este país entrado a una era realmente democrática, alejado de las influencias fascistas que tanto daño han hecho a las naciones en donde se ha implantado.
Era un país con medios de comunicación objetivos, sin tendencias de lame suelas del poder en turno, era, en fin, un país como tantos hay en Europa, en la parte civilizada del mundo.
Mas, al despertar a este país de pesadilla, me doy cuenta cabal que mucho de esto que hoy vivimos no es sólo la instauración de una nueva forma de Dictadura Fascista, sino el secuestro del libre albedrío en los ciudadanos (al menos de aquellos que todavía tenemos el lujo de poder pensar, analizar y criticar objetivamente el desempeño de quienes nos gobiernan). Veo, con terrible tristeza que a México no sólo lo gobiernan los Fascistas, sino los medios electrónicos de comunicación.
Y, contrario a lo que se dice, este país está lleno aún de estultos que no pueden tomar una decisión fundada en una mirada objetiva del manejo que se ha hecho del país. Por lo visto, a mucha gente le sienta bien que los poderosos los sigan explotando, que sigan ampliando la brecha entre los que mucho tienen y los que nada tienen. Se podría hacer una interminable lista de todo aquello que tanto se sabe sobre este tipo de gobiernos, tarea que resulta inútil, dado que de ahora en adelante, estaremos entrando en una era de Oscurantismo, la del silenciamiento de los críticos, la de la imposición de una religión arcaica y que es, desgraciadamente, el enorme peso que aún nos impide transitar hacia una nueva era. En pleno siglo XXI, viviremos como si estuviéramos en la Edad Media.
No cabe duda, cada pueblo tiene el gobierno que se merece…
Este sueño de cambio hacia una verdadera democracia ha sido aqua et igne interdictus.
Sólo me queda finalizar con un…. Quousque tándem…?
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