El Fascismo, entendido en su concepción original, es decir, como "un sistema de gobierno donde no se permiten las ideas y se exhalta el uso de la fuerza sobre la razón". Ha llegado a este pequeño estado de la República Mexicana.
Bajo el gobierno panista del señor Héctor Israel Ortíz Ortíz, se lleva a cabo, de manera metódica y sin que la población se de cuenta cabal de ello, la supresión de las ideas y de las voces que marquen distancia con su forma de gobierno. Hoy, como nunca, en la Universidad Autónoma de Tlaxcala (coto de poder de la familia Ortíz Ortíz), se supeditan las buenas calificaciones de los alumnos a su entrega total al partido en el poder en este estado. Se aplica la máxima: "si no estás conmigo, estás contra mí". Y de manera arbitraria se reprueba a alumnos que se sabe que tienen otro tipo de preferencias políticas.
Hoy, como nunca, se ejerce una coacción inédita en la prensa de este estado, para que no existan comentarios críticos al gobierno panista de este señor.
Las universidades públicas que se tienen en el estado, son presa del control total de los Ortíz; y ay de aquél que pretenda criticar su forma de gobierno.
Es una situación que causa temor, puesto que esta está siendo ya la manera de gobernar del Partido Acción Nacional. Ya no se trata de un partido de derecha con ideología propia y que pueda poner en la mesa del electorado como oferta política. No, se está convirtiendo, poco a poco en una forma de gobernar fascista. Me da terror que pueda llegar el señor Calderón la presidencia de la República. Porque estoy cierto que El Yunque, con todo su poder, haría a un lado a este señor, para ser quien gobierne tras bambalinas.
Esperemos que esto que hoy ocurre en Tlaxcala pueda ser observado con ojo crítico y objetivo y se pueda alertar sobre el terrible riesgo que corre la democracia si es que continúa gobernando gente como los Ortíz Ortíz.
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