Y sucedió tal como se preveía. Las oscuras fuerzas fascistas que mantienen secuestrada a toda una nación se han confabulado para perpetrar, una vez más, un ominoso asalto a la voluntad popular.
Huelga entretenerse en mil observaciones llevadas y traídas por analistas, comentaristas y demás ad náuseam.
Lo importante es en este momento de tristeza nacional, buscar una pequeña luz que nos permita transitar por este nuevo período de oscurantismo que viviremos durante los siguientes seis años. Volverán los tiempos de represión de ideas, de aplastamiento de aquellos que no estén de acuerdo con el nuevo estilo de gobierno.
Serán luengos años que transcurrirán en medio de un control aún mayor de las noticias reales por medios electrónicos e impresos.
Sin embargo, queda la esperanza de que con este transcurrir de los años, lo que hoy no es todavía una fuente de información para la mayoría del pueblo de este país, pueda llegar a serlo en el futuro. Que la tecnología llegue finalmente hasta las masas para que puedan discernir entre lo que significa una información manipulada y lo que la verdad es en realidad.
Tengo esperanza de que en los años venideros ya no serán tan importantes las opiniones de pseudo periodistas que lo único que hacen es buscar su propio bien y el corporativo. En esta época he visto con tristeza cómo es que unos cuantos pesos pueden comprar conciencias … ¿verdad señor Ciro Gómez Leyva o Dennise Maerker?
Bien, en el futuro espero que la mayoría de la gente no sea tan propensa a pensar o idealizar a Televisa y que ésta comience su debacle informativa al ser desplazada por mentes y escritos de personas que digan la verdad, que otorguen la voz de la mayoría y no de los intereses de unos privilegiados.
Durante los siguientes seis años se privilegiará a los empresarios, a los jerarcas católicos, obispos, arzobispos y cardenales, a los senadores y diputados, a los magistrados, a los líderes de derecha, a los fascistas, a los yunquistas, a los Legionarios de Cristo, y a todo aquello que forma parte de la cúpula monetaria del país.
Durante los próximos seis años el pueblo se hará aún más pobre. Habrá más conflictos sociales, más guerrilla, más inseguridad… Lo más triste: nuevamente habrá represión de Estado.
¿Qué hacer ante esto?
La única manera de poder evitar que estos rufianes se adueñen del país es informar, desde detalles comunitarios hasta los enormes robos que llevarán a cabo. Es lo único que resta por hacer.
¿Habrá un mejor mañana?
No, no lo creo.
Al menos no uno tan cercano. Quizás lo haya, pero está a muchos años en el futuro…
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