Hoy es un dia histórico en la Ciudad de México, ya que a partir de las 8 de la mañana de este día podrán iniciarse los trámites para solicitud de bodas entre personas del mismo sexo.
Esto, según lo publicado hoy, en La Jornada.
Me alegra saber que a pesar de las peroratas medievales que se han plasmado desde que la Asamblea Legislativa aprobó esta Ley, finalmente se ha impuesto la razón y en la Ciudad de México se le otorgan los mismos derechos y obligaciones a las personas, sin importar sus preferencias sexuales.
Bien por los integrantes de la Asamblea Legislativa y por Marcelo Ebrard.
A partir del mes de marzo en el Distrito Federal las parejas del mismo sexo podrán finalmente unirse matrimonio, y no sólo eso, sino que también tendrán derecho a adoptar.
Esto, como es normal en una país sumido en el oscurantismo provocado por tantos siglos de dominio de la Iglesia Católica, ha redundado en una condena no sólo de dicho sector, sino también del gobierno autoritario y derechista de Felipe Calderón.
Es triste ver que en pleno siglo XXI existan todavía esa clase de juicios pseudo moralistas que buscan argumentar lo "insano" y "poco apropiado" que dicha medida es. Exponen un sin fin de argumentos falases y sin fundamento moral, jurídico y mucho menos biológico o científico. Es, simple y sencillamente, un momento más que busca la Iglesia Católica para expresar sus ideas inquisitoriales y del medioevo en todo lo que implique felicidad para el ser humano.
No voy a detenerme en críticas a un sector que tiene, con mucho, bastante tela de dónde cortar, Vbr. Marcial Maciel. Sin embargo, sí quisiera decir que estoy harto de que ese grupúsculo de personajes que, protegidos detrás de su "dios" pretenden aún en esta época imponer sus retrógradas opiniones.
Yo sólo quiero preguntar: con qué calidad moral esos hijos de puta "representantes de una divinidad" se quieren esgrimir en jueces de la moral con tanta mierda que guardan bajo sus sotanas, en sus conventos y en sus parroquias.
Por lo visto, para ellos lo grave no es la pederastia que de manera cotidiana practican sus sacerdotes, sino las preferencias sexuales del ciudadano común. Ellos, santificados como son, tienen derecho de practicar cuanta depravación sexual se les antoja, pero el ciudadano común y corriente no tiene derecho a ser feliz, a enamorarse, a vivir en pareja, a tener y criar hijos independientemente de sus preferencias sexuales. Eso, es simple y llanamente una soberana pendejada por parte de esos estúpidos que piensan que todavía pueden influir todas las personas.
Me dan asco, lástima y lo único que quisiera es que simplemente se dedicaran a hacer lo que mejor saben hacer: engañar a los pendejos con sus ideas de una vida más allá de la muerte mejor y recompensada mientras aquí estos hijos de puta se la viven a costa de los pendejos que creen en su estúpida religión.
Bueno, y como corolario, dejo una nota periódistica que se publica hoy en La Jornada, que nos enseña, nuevamente, que las relaciones entre dos seres del mismo sexo no son, ni con mucho contra natura. Que evidentemente todo lo que exponen esos estúpidos no tiene mayor argumento que su propia estupidez.
Hoy es uno de esos días que me gustaría dejar plasmados en este pequeño sitio de reflexión.
Hoy, por azares del destino, tuve la oportunidad de encontrarme con un par de ínclitos ángeles, los cuales, cada cual a su manera, le dieron un toque de felicidad y optimismo a este día que parecía tan rutinario como cualquier otro.
A ambos los encontré en el transporte colectivo, fruto de la mera casualidad. El primero, tenía unos ojos maravillosos, llenos de ternura y una boca sensual y digna de recordarse por mucho tiempo.
El segundo con su actitud, motivó que me llenara de felicidad incontenible al verle sonreírme con esa maravillosa y digna luminiscencia que hace que ciertos ángeles sean percibidos como tales, en todo su esplendor.
No lo puedo negar, cuando me sonrió tan miríficamente, no pude evitar sonreir también y sonrojarme... sí, sonrojarme cual un púber que se cruza con su primera experiencia de este tipo.
Sin embargo, ¡ah! ¡Qué maravilloso fue sentir esos ojos posados en mí! Esa sonrisa silenciosa y cómplice, que me permitió compartir con él un pequeño momento de felicidad pura y sincera...
Gracias a ambos..
No sé sus nombres...
Jamás los volveré a ver, seguramente.
¡Pero no tan fácilmente los olvidaré !
El pasado 13 de Enero del 2010, me fui de paseo a Tepoztlán, y, por ende, a escalar el famoso Cerro del Tepozteco.
La subida es bastante pesada, y si a eso le añadimos mi pobre condición física, debo decir que más que pesada, en algunos lugares pensé seriamente en dar la vuelta y regresar. Pero, saqué fuerzas de flaqueza y llegué, finalmente a la cima.
Al llegar, debo decir sin temor a errar que valió la pena el sacrificio al poder contemplar el espléndido escenario que la Naturaleza ha otorgado a este mágico lugar...
Y, después de pasar casi 2 horas sentado, contemplando la majestuosidad que ofrece este maravilloso lugar, y de convivir con los simpáticos anfitriones:
Debo decir que fue un magnífico viaje y una muy relajante experiencia este reencuentro con la naturaleza :P
