Ayer terminé de leer por enésima ocasión el libro Cinco Semanas en Globo de Julio Verne, el cual volví a abrir guiado principalmente por la necesidad de una lectura entretenida antes de dormir.
Sin embargo, no quise dejar pasar la oportunidad de hacer una crítica personal a esta obra en particular.
Independientemente de la narración de las aventuras del profesor Ferguson, su amigo Dick Kennedy y su criado Joe. Me llamó la atención algo en lo que no había reparado anteriormente al leer dicho libro: el autor no puede sustraerse a la mala costumbre de aquellos años de pensar que el hombre es el “amo del universo” y que, como tal, tiene derecho a masacrar a las demás especies, a las que considera inferior y, por tanto, carentes de todo respeto por parte del ser humano.
Si a esto agregamos el carácter abnegado del criado hacia su “amo” que llega al extremo de exponer su propia vida para salvar a la del doctor Ferguson y, que aún en sus peores momentos pensaba en el bien estar de su amo. Me deja un mal sabor de boca esta actitud asumida por un autor a quien no había podido ver bajo esta perspectiva.
Comentarios racistas, de superioridad del hombre blanco y “civilizado” me dejan la impresión de que si hubiera nacido unos ochenta años después, Julio Verne habría sido un extraordinario Nazi.
No pude evitar recordar la Vuelta al Mundo en Ochenta Días, en la que igualmente nos presenta un criado que sacrifica mucho por su “amo”. Dándole más características de perro que de ser humano a ese personaje.
Con personas que tenían tales ideas no me extraña que hoy la humanidad esté donde se encuentra, parafraseando a Hobbes: Hommo Hominis Lupus.
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